Este tratamiento de control, consiste en detectar la actividad de las termitas, a través de cebos. Estos cebos se componen de materiales a base de celulosa o también de restos de maderas no tratadas, que se introducen en tubos para monitorear el lugar donde hay mayor cantidad de termitas alimentándose.
Estos tubos son insertados en el suelo a tratar, en distintas ubicaciones. Deben ser controlados regularmente, y cuando se detecta el área de mayor actividad, corresponde cambiar el cebo, por un cebo tratado, que las termitas transportarán a la colonia. Este procedimiento, tiene un componente activo que actúa de forma tardía, lo que permite que las termitas no puedan percibir el envenenamiento en un corto plazo, pero después de unas semanas es posible eliminar la colonia completa.
Este método debe ser repetitivo en el caso que sea necesario, revisando y cambiando los cebos, hasta no percibir actividad alguna de las termitas, en el área tratada.

